El estimulador del nervio Vago (ENV) es una técnica paliativa que se emplea en aquellas epilepsias refractarias, que no han respondido a fármacos, en las que la cirugía no es posible o no ha habido respuesta tras la misma.
En estudios de seguimiento a largo plazo se ha visto que su efecto no es inmediato, si no que se difiere varios meses y la eficacia máxima se produce entre el primero y segundo año. Los pacientes deben seguir tomando su medicación aunque tengan implantado un ENV.
Aproximadamente la mitad de los pacientes notan una disminución a la mitad de sus crisis. Muy raramente se consigue una supresión completa aunque existe algún caso.
Es un procedimiento válido para todo tipo de epilepsias, tanto focales como generalizadas y se puede emplear en niños y adultos. Requiere de una cirugía para su implantación ,las complicaciones de la misma y del propio dispositivo suelen ser escasas.
Consiste en la implantación subcutánea o subpectoral, a nivel subclavicular izquierdo de un dispositivo de aspecto similar a un marcapasos que, conectado con el nervio vago izquierdo a nivel cervical, envía estímulos intermitentes al SNC. El médico, en sucesivas visitas, va regulando la intensidad de estos estímulos y otros parámetros hasta llegar a un nivel de eficacia máximo sin efectos secundarios importantes. Por un mecanismo, todavía no aclarado, a medio-largo plazo, reduce la frecuencia e intensidad de las crisis.
El manejo es sencillo, por un lado el médico dispone de una sonda lectora que colocada sobre la región donde está implantado el generador informa sobre los parámetros de ajuste y los modifica según convenga empleando una PDA con un programa especial. Además, algunos pacientes puede utilizar un imán que, colocado un instante sobre el generador es capaz de aportar un estímulo extra al habitual programado. Esto puede ser de utilidad para disminuir la intensidad de la crisis si el paciente lo hace justo al principio de una (cuando nota algún aura o aviso). Es lo que se conoce como estimulación a demanda, permite a los pacientes o a la familia controlar las crisis, tanto para iniciar una estimulación: posible impacto sobre la duración y la severidad de las crisis y mejoría del estado postictal como para realizar un paro de la estimulación, que permita controlar efectos segundarios importantes.
La ENV es un procedimiento seguro. Las complicaciones de la intervención como infección o lesión del nervio vago son muy poco frecuentes. Los efectos secundarios más frecuentes son los que pueden aparecer durante las fases de estimulación e incluyen tos, disfonía, hormigueo en el cuello y sensación de falta de aire. Cuando se producen estos efectos se deben intentar minimizar a costa de modificar los parámetros de estimulación en las sucesivas visitas al médico.
No causa efectos adversos en otros órganos ni relacionados con el sistema nervioso central como mareo, somnolencia, dificultad de atención, enlentecimiento, irritación o nerviosismo que sí son frecuentes con los FAE.
De hecho es frecuente que los pacientes experimenten una mejoría en su estado de ánimo y nivel de atención, no se sabe muy bien porqué mecanismo, se especula que puede influir el hecho de que disminuya la cantidad de actividad epileptiforme en el EEG de los pacientes.
En general no produce efectos relevante sobre la función cardíaca. Se han descrito episodios de bradicardia e incluso asistolia durante la estimulación en el momento de la intervención quirúrgica pero en todos los casos se resolvieron sin consecuencias clínicas. Por prudencia, no debe ser colocado en pacientes con antecedentes de algunas arritmias cardíacas
El ENV no puede ser utilizada en pacientes tras una vagotomía bilateral o cervical izquierda (cuando se ha seccionado el nervio vago). Dado que los ajustes iniciales requieren de múltiples visitas a consultas es necesario un compromiso de seguimiento por parte del paciente o sus familiares.
No debe usarse diatermia de onda corta, diatermia de microonda o diatermia terapéutica por ultrasonido. El diagnóstico por ultrasonido no se incluye en las contraindicaciones. Tampoco hay problema en realizar pruebas de escanner)al igual que sucede con un marcapasos cardíaco).
Se deben tomar precauciones especiales para realizar pruebas de resonancia magnética en estos pacientes aunque la mayoría se pueden realizar sin riesgo significativo. No obstante, la resonancia magnética del cuello está contraindicada.
Los dispositivos domésticos como microondas o teléfonos móviles no interfieren con el dispositivo.
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