No hay una pauta fija establecida que permita anticipar el tiempo que un paciente necesitará recibir tratamiento para una epilepsia. En algunos casos será transitorio, algunos años y en otros de manera indefinida. Hay múltiples factores que van a influir en esta decisión. Los más importante son:
Hay casos en los que ni siquiera está indicado de manera general iniciar un tratamiento farmacológico aunque se hayan producido varias crisis. Es el caso de las convulsiones febriles de niños pequeños, que desaparecen al crecer y de gran parte de las epilepsias focales benignas de la infancia, que cursan con crisis esporádicas y que desaparecen antes de la adolescencia.
En otras situaciones se recomienda tratar al paciente unos años y retirar después los fármacos si ha permanecido al menos 2-3 años libre de crisis. Es el caso de algunas epilepsias generalizadas de la infancia como la epilepsia de ausencias infantil.
Sin embargo, en otras epilepsias, puede llegar a ser necesario un tratamiento indefinido, dada la alta probabilidad de recurrencia de las crisis una vez suspendidos los fármacos, aunque el paciente se hubiera mantenido unos años sin crisis. Es el caso de la epilepsia mioclónica juvenil. En las epilepsias severas, difíciles de controlar, a menudo con lesiones subyacentes, también sucede lo mismo.