La ataxia es la incapacidad para llevar a cabo movimientos aprendidos: mantenerse de pie (ataxia de tronco), andar (ataxia de la marcha), coger algo (ataxia de miembros), lenguaje (disartria atáxica). Suele tener que ver con lesiones en el cerebelo.
La ataxia o temblor es la falta de control muscular por problemas de denervación y de activación e inhibición de los músculos determinados en momentos específicos debido al acúmulo o defecto de sustancias químicas en el espacio intra/intercelular de las neuronas y todo su recorrido.
El control del temblor es puramente farmacológico, si bien, se puede trabajar para controlarlo con mucho esfuerzo del paciente (posturas facilitadoras, actividades sencillas, corto recorrido, corta duración…).
Cuando una persona tiene ataxia, su cuerpo crea adaptaciones para superar esta situación y seguir luchando contra la gravedad (en el caso de la marcha, se separan más los pies –aumenta la base de sustentación- para conseguir mayor estabilidad; se pierde el balanceo propio de los brazos y aparece la marcha “en bloque”…).
Las terapias rehabilitadoras pueden resultar útiles en el tratamiento de la ataxia. Algunas medidas no farmacológicas como emplear lastres en las extremidades y adaptar diversos instrumentos cotidianos para poder ser manejados más fácilmente por pacientes con temblor pueden resultar útiles.
Los tratamientos farmacológicos que se incluyen para el temblor son: