Gracias a los nuevos fármacos, muchos pacientes con esclerosis múltiple no presentan una discapacidad importante tras 15 años de enfermedad

  • En España unas 47.000 personas padecen esclerosis múltiple.
  • Cada año se diagnostican unos 1.800 casos.
  • Los  casos  diagnosticados  de  esclerosis  múltiple  se  han  duplicado  en  las últimas dos décadas.
  • En  al  menos  un  40%  de  los  pacientes  con  esclerosis  múltiple,  ya  es  posible  corroborar  la  existencia  de  la  enfermedad  en  sus  fases  más  iniciales.

24  de  mayo  de  2016.-  El  último  miércoles  del  mes  de  mayo  se  conmemora  el  Día  Mundial  de  la  Esclerosis  Múltiple,  una  enfermedad  neurológica  crónica,  inflamatoria  y  desmielinizante  cuya  causa  exacta  aún  es  desconocida,  aunque  la  hipótesis  más  aceptada  es  que  se  debe  a  cierta  predisposición  genética,  asociada  a  factores  ambientales,  que  originan  una  alteración  en  la  respuesta  inmunológica. La  Sociedad  Española  de  Neurología  (SEN)  estima  que  España  hay  unas  47.000  personas  que  padecen  esta  enfermedad,  de  la  que  cada  año  se  diagnostican  unos  1.800  casos  nuevos.  
Aunque  la  esclerosis  múltiple  puede  aparecer  a  cualquier  edad,  es  en  el  tramo  comprendido  entre  los  20  y  40  años  cuando  es  más  habitual  que  comiencen  los  primeros  síntomas.  Lo  que  la  convierte,  después  de  los  accidentes  de  tráfico  en  la  causa  más  habitual  de  discapacidad  entre  los  adultos  jóvenes.  “La  esclerosis  múltiple  puede  afectar  a  cualquier  parte  del  cerebro  o  de  la  médula  espinal,  por  lo  que  los  síntomas de esta enfermedad son muy variados. Y aunque los más frecuentes son las alteraciones de la sensibilidad en alguna parte del cuerpo, visión borrosa o doble, falta de equilibrio o dificultad para coordinar movimientos, no todos los pacientes padecen estos síntomas”, explica la Dra. Ester Moral Torres, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmieliniantes de la Sociedad Española de Neurología. 

También  es  una  enfermedad  muy  variable  en  su forma de inicio o evolución. Aunque en  un  85%  de  los  casos,  lo  más  frecuente  es  que  la  enfermedad  se  presente  en  “brotes”,  es  decir,  síntomas  neurológicos  nuevos  o  bruscos  que  duren  más  de  24  horas.  Es  posible  que,  en  hasta  un  30-40%  de  los  casos,  con  el  paso  de  los  años,  la  enfermedad  pase  a  tener  un  curso  progresivo  y  también  existen  formas  que  son  progresivas desde el inicio.

Todos estos factores, unido a que actualmente no existe una prueba que diagnostique por  sí  sola  la  esclerosis  múltiple,  hace  que,  en  ocasiones,  el  diagnóstico  pueda  ser  complicado. “No  obstante  los  avances  que  se  han  producido  en  el  conocimiento  de  esta  enfermedad,  así  como  ciertas  pruebas  complementarias,  como  la  resonancia  magnética  o  la  tomografía  de  coherencia  óptica,  han  permitido  que  los  casos  diagnosticados de esclerosis múltiple se hayan duplicado en las últimas dos décadas y que  el  retraso  medio  en  el  diagnóstico  y  tratamiento  de  la  esclerosis  múltiple  haya  disminuido considerablemente: actualmente es de entre uno y dos años y en al menos un 40% de los pacientes con esclerosis múltiple, ya es posible corroborar la existencia de la enfermedad en sus fases más iniciales”, señala la Dra. Ester Moral. 

Detectar la esclerosis múltiple en sus fases iniciales e iniciar el tratamiento de manera precoz  es  de  especial  importancia  puesto  que,  gracias  a  la  aparición  de  nuevos  fármacos y a los buenos resultados con otros con los que ya tenemos más experiencia,  ya es posible modificar el curso de la enfermedad hasta el punto de que ya existe un porcentaje  elevado  de  pacientes  que  tras  15  años  de  enfermedad  no  presentan  una  discapacidad  importante,  a  pesar  de  que  puedan  seguir  presentando  brotes.  “Los tratamientos  buscan  mayor  eficacia,  mayor  facilidad  de  administración    y  minimizar  efectos  adversos,  consiguiendo  principalmente  controlar  los  brotes  y  la  actividad  inflamatoria  pero  incidiendo  también  sobre    la  discapacidad  y  la  pérdida  de  volumen  cerebral”,  apunta  la  Dra.  Ester  Moral.  “Aun  así,  todavía  no  contamos  con  un  tratamiento  realmente  efectivo  para  detener  la  progresión  de  la  enfermedad  o  para  recuperar  la  discapacidad  ya  adquirida:  dedicar  más  recursos  a  la  investigación  de  la  esclerosis múltiple progresiva es una prioridad”.

En todo caso, una vez diagnosticada la enfermedad, el paciente debe ser constante en su tratamiento y seguimiento por parte del neurólogo, para detectar nuevos síntomas o  situaciones  potencialmente  modificables.  Además,  puede  ser  necesario  incluir  cambios  de  medicación  o  terapias  como  la  neurorrehabilitación,  que  debe  ser  considerada como una parte más en el abordaje de la enfermedad. “La actividad física, realizada  de  forma  prudente  y  adaptada  a  las  necesidades  de  cada  persona,  se  ha  mostrado   beneficiosa   para   las   personas   con   esclerosis   múltiple.   Y   también   la   alimentación  variada  y  equilibrada  siguiendo  el  estilo  de  la  dieta  mediterránea,    evitando el sobrepeso y reforzando la ingesta de alimentos que contengan  fibra, calcio y  Vitamina  D”,  comenta  la  Dra.  Ester  Moral.  “Asimismo,  recordar  que  el  tabaco  y  las  altas temperaturas pueden empeorar los síntomas de la enfermedad”.

Fuente: Nota de prensa de la Sociedad Española de Neurología

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